Moáis

Me acerco hacia los imponentes moáis que emergen majestuosamente del suelo volcánico. Cámara en mano, me siento pequeño frente a estas colosales figuras de piedra, cada una única en su expresión y misterio.
Los moáis, gigantescas estatuas de piedra monolítica esculpidas por los antiguos habitantes de Rapa Nui, han sido testigos silenciosos de siglos de historia en este remoto rincón del Pacífico sur.
Cada uno de estos moais representa a un ancestro de la tribu que lo erigió, destinados a proteger y preservar el espíritu de los antepasados. Es sorprendente imaginar cómo fueron tallados, transportados y erigidos hace cientos de años, utilizando técnicas y conocimientos que aún hoy nos asombran.
Los moais son una parte esencial del patrimonio cultural de la Isla de Pascua. Durante siglos, estas monumentales figuras han fascinado a exploradores, científicos y viajeros de todo el mundo, quienes han intentado descifrar el enigma de su origen y significado. Estas esculturas colosales fueron erigidas entre los siglos X y XVI por la civilización Rapa Nui, una sociedad polinesia que floreció en la isla antes de la llegada de los europeos.

La gran mayoría se encuentra próximos a Rano Raraku que es la cantera donde eran esculpidos. Estos se encuentran semi enterrados, algunos aún incrustados al lecho de roca desde donde eran extraídos, ninguno de estos tiene esculpida la cavidad para los ojos, lo que nos indica que nunca fueron erigidos sobre una plataforma o Ahu, a diferencia de los ubicados sobre dichas plataformas.